miércoles, 26 de diciembre de 2012

No me jodas, ya sólo me acuerdo del dolor de mis latidos.

Créeme cuando te dije que lo eras todo, porque ahora sin ti no soy nada. No me acuerdo ni de mi nombre, ni de mi canción favorita, ni de esa película que me hacía llorar. No me acuerdo de aquel banco donde nos sentábamos a ver las horas pasar mientras se nos acababa lo que tú llamabas amor. No me jodas, ya no me acuerdo ni de qué color es el cielo. Pero me da igual, nunca supe vivir sin ti. Ni siquiera quiero aprender, porque yo estaba hecha para reír contigo, para soñar contigo, para vivir contigo. No me jodas, ya no me acuerdo ni de escribir nuestros nombres en un papel. No me acuerdo tampoco de querer. ¿Cómo era eso? Ah, sí, eso de pensar solo en una persona. Eso que te acaba destrozando por dentro. ¿Sabes? Nunca supe cómo lo hacía (eso de quererte tanto), solo sé que lo hacía de la mejor forma que sabía. Así que no dudes que me llevé la medalla de oro en eso de sonreír como una tonta por ti. Porque de eso sí que me acuerdo, del daño que hacía cada latido y cada sonrisa tuya. Creo que es de lo único que me acuerdo.
Bueno, no. También me acuerdo de cómo respirar, y eso es lo más jodido del mundo, el no poder desaparecer cuando uno quiere.

lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Hipócritas? ¿Dónde?

Un mundo donde tu personalidad depende de cumplidos, donde tus amigos se compran con tequila. Donde tu popularidad es la misma que la medida de tu falda y la belleza se basa en el físico.  Donde los diferentes se llaman raros o incluso frikis. Donde decimos tanto “te quiero” como días hay a lo largo del año y no existe lo especial, sólo lo de siempre. Donde vivimos a base de modas. Donde una cara bonita cuenta mil veces mas que una personalidad de ensueño. Donde nos dividimos en guapos y feos, gordos y flacos, populares o frikis. Donde no vemos más allá de nosotros mismos. Un mundo de falsedad e hipocresía, porque tenemos eso y nada más.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

A ver si a algunos se les queda claro.


Que la vida son 3 días, y ya vamos por el segundo.

¿Tristeza? No, para mi eso no existe ahora. No vale la pena sufrir cuando apenas eres una joven más en un país que cada vez va siendo menos.
Soy libre de momento y pienso seguir siéndolo, viviendo el día a día y haciendo lo que quiero. Controlando impulsos, pero cumpliendo objetivos; avanzando y retrocediendo; disfrutando de las fiestas y de mis ratos de risa. Por fin puedo ser yo, puedo ser yo misma sin tener que dar buenas caras y sin fingir que me importa lo que apenas deseo. Esto es una nueva etapa y empiezo a madurar por los cuatro costados.
Soy mala consejera, se me da mejor escuchar, pero te diré que sigas mis pasos. Si te equivocas no pasa nada, en esta vida nadie tiene la perfección. No te ates a nada y ama solamente a aquellos que estén dispuestos a darte amor a ti también. Y sobre todo inténtalo, no te rindas jamás ni te arrepientas por algo que no has hecho, que la vida son tres días y vamos ya por el segundo.